Cada primero de mayo, en muchos países se recuerda el Día del Trabajador. Una conmemoración repleta de simbolismo y de reclamos que hoy se reactualizan.

recuperado de revista el canillita- mayo 2014
Imagen de tapa : INFONEWS

Hace mas de cien años, cientos de miles de trabajadores en distintos lugares del mundo bregaban por frenar las extenientes jornadas laborales que duraban entre 12 y 16 horas por día. En ese escenario de extrema presión, un trabajador cualquier apenas tenia tiempo (y dinero) para alimentarse y alimentar a su familia, las condiciones de salud eran deplorables y no se permitía ningún tipo de reclamo. Además de que no existían las vacaciones y mucho menos el aguinaldo.

Todo comenzó a cambia en 1884, cuando se celebro el Congreso Americano de la Federación del Trabajo, en la que se propuso que a partir del 1° de mayo de 1886 se obligaría a los patrones a respetar la jornada de 8 horas y, si no, se iría a la huelga.

En 1886, el presidente de los Estados Unidos, Andrew Johnson, promulgó la llamada Ley Ingersoll, estableciendo las 8 horas de trabajo diarias. Como esta ley no se cumplió las organizaciones laborales y sindicales de Estados Unidos se movilizaron. Llegada la fecha, los obreros se organizaron y paralizaron el país productivo con más de cinco mil huelgas.

clase obrera

El episodio más famoso de esta lucha fue el funesto incidente de mayo de 1886 en la Haymarket Square de Chicago: durante una manifestación contra la brutal represión de una reciente huelga una bomba provocó la muerte de varios policías. Aunque nunca se pudo descubrir quién fue el responsable de este atentado, cuatro líderes anarquistas fueron acusados, juzgados sumariamente y ejecutados. Desde ese momento, el primero de mayo se convirtió en un emblema de la lucha de los trabajadores por sus derechos laborales. Esta reivindicación fue emprendida por obreros norteamericanos e, inmediatamente, adoptada y promovida por la Asociación Internacional de los Trabajadores, que la convirtió en demanda común de la clase obrera de todo el mundo.

Desde entonces, se asocia con el 1° de mayo a la lucha obrera. En la actualidad, casi todos los países democráticos lo festejan, mientras que los sindicatos convocan a manifestaciones y realizan muestras de hermandad. Incluso, en 1954, la Iglesia católica, bajo el mandato de Pío XII, apoyó tácitamente esta jornada proletaria, al declarar ese día como festividad de San José Obrero. Durante el siglo XX, los progresos laborales se fueron acrecentando con leyes para los trabajadores, para otorgarles derechos de respeto, retribución y amparo social.

primer acto

En Argentina, se conmemora desde fines del siglo XIX. El primer acto se realizó en 1890, en el Prado Español de Buenos Aires, y contó con la participación de numerosos movimientos obreros, integrados en su mayoría por inmigrantes -alemanes, italianos, españoles y portugueses. Con este acto se inicia en el país la tradición de recordar, cada 1° de Mayo, el “Día del trabajador”. A partir de la primera presidencia de Juan Domingo Perón (1946-1952), la conmemoración del día del trabajador alcanzaría una notable importancia, organizándose celebraciones multitudinarias en todo el país. A raíz de las numerosas reivindicaciones obreras logradas por el peronismo, el 1° de Mayo se convirtió en un día emblemático. Entre las diversas manifestaciones de la época se destaca la convocatoria de los obreros en la Plaza de Mayo, quienes llegaban en multitud desde temprano para escuchar el discurso del presidente Perón.


LEYES ARGENTINAS

• Ley 4661 de descanso dominical.

• Ley 9688 de indemnización por accidentes de trabajo y enfermedades profesionales.

• Ley 11.544 limita la jornada labo-
ral a 8 horas.

• Ley 21329 de Feriados Nacionales y
Días no laborables.

• Ley 20.744 de Contrato de Trabajo.

DERECHOS EN CORRIENTES

Un hito para los trabajadores de Corrientes fue la creación de la Delegación de la Secretaría de Trabajo y Previsión Social a fines de 1944. El
objetivo de ese estamento era replicar
la tarea de la Secretaría de Trabajado
y Previsión de la Nación, liderada por
Juan Domingo Perón. En Corrientes, el
delegado enviado fue el coronel José Ramón Virasoro que hasta ese momento se había desempeñado como oficial de órdenes de Perón.

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